Salud Mental de los Colaboradores: Efectos del COVID-19
Según la Organización Mundial de Salud a nivel mundial una de cada cuatro personas sufre de enfermedades neuropsicológicas en algún momento de la vida y es posible que esto haya incrementado en los últimos meses.
El miedo, la preocupación y el estrés son respuestas normales en momentos en los que nos enfrentamos a la incertidumbre, a lo desconocido o a situaciones de cambios o crisis. Así que es normal y comprensible que la gente experimente estos sentimientos en el contexto de la pandemia COVID-19.
El temor de contraer el virus se suma al impacto de los importantes cambios en nuestra vida cotidiana provocados por los esfuerzos para contener y frenar la propagación del virus. Ante las nuevas y desafiantes realidades de distanciamiento físico, el trabajo desde el hogar, el desempleo temporal, la educación de los niños en el hogar y la falta de contacto físico con los seres queridos y amigos, es importante que cuidemos tanto nuestra salud física como mental. (OPS)
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es el bienestar que una persona experimenta como resultado de su buen funcionamiento en los aspectos cognoscitivos, afectivos y conductuales, y en última instancia, el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la convivencia, el trabajo y la recreación.
La salud mental está determinada por factores tanto sociales, como ambientales, biológicos y psicológicos e incluye padecimientos como la depresión, la ansiedad, la epilepsia, las demencias, la esquizofrenia y los trastornos del desarrollo en la infancia, algunos de los cuales se han agravado en los últimos años. (OMS)
¿Por qué es importante la salud mental?
Esta es importante ya que ayuda en varios aspectos de la vida, algunos de estos son:
- Enfrentar el estrés
- Tener relaciones sanas
- Contribuir a la comunidad
- Ser más productivo
El teletrabajo se ha convertido en la nueva normalidad. Ha sometido a los colaboradores a nuevas tensiones, ya que se encuentran aislados o tratando de conciliar las responsabilidades profesionales y familiares”.
En estos últimos meses, ellos han tenido que soportar un aumento de la carga de trabajo, jornadas laborales más largas, poco tiempo descanso y el temor constante de infectarse en el trabajo y transmitir el virus a los familiares o amigos. Además, muchos temen perder su empleo.
Enfrentados a este nivel de incertidumbre, los colaboradores pueden experimentar cambios de humor, baja motivación, fatiga, ansiedad y agotamiento. También pueden producirse una serie de reacciones físicas, como problemas de digestión, alteración del apetito y del peso, reacciones dermatológicas, cansancio, enfermedades cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos, dolores de cabeza y otras molestias. Además, puede llevar a aumentar el uso de tabaco, alcohol o drogas como una manera enfrentar el estrés. (OIT)
Es necesario entender la influencia del ambiente laboral con relación al bienestar y la salud mental de los colaboradores. El análisis hecho por la OMS dice que un ambiente de trabajo considerado “malo” o “negativo” puede afectar directamente la salud mental de las personas, generando problemas como alto nivel de estrés, trastorno de ansiedad, depresión y en algunos casos, dependencia química.
Según la OMS, el comienzo para que se construya un ambiente de trabajo saludable, es pensar en programas que lleven en consideración las siguientes situaciones para un equilibrio mental:
- Reducción de los factores de riesgo que provienen del trabajo, cómo exceso en la carga horaria, inseguridad del desempleo y relaciones tóxicas.
- Desenvolvimiento de iniciativas que motiven y valoren los empleados.
Hablar sobre el tema y demostrar apoyo a las personas que están pasando por problemas mentales sin importar la causa. (Blog.Gympass)