ONG FIE celebra el “Segundo Encuentro Internacional de Género” ratificando su compromiso con la igualdad entre hombres y mujeres
El evento, celebrado en el auditorio de Banco FIE, contó con las ponencias de expertos/as nacionales e internacionales que abordaron temáticas como masculinidades, prevención de la violencia de género, empoderamiento económico de la mujer, entre otros.
En el marco de la celebración del Dia de la Mujer Boliviana el próximo 11 de octubre, la ONG FIE llevó adelante el “Segundo Encuentro Internacional de Género”, celebrado en el auditorio de Banco FIE en La Paz. Durante el acto de inauguración del evento, la presidenta ejecutiva de la ONG FIE y presidenta de Directorio de Banco FIE, Ximena Behoteguy, destacó la importancia de promover la igualdad entre hombres y mujeres para lograr sociedades más justas e inclusivas, ratificando el compromiso de ambas entidades en la igualdad de género y la lucha de la violencia contra las mujeres. “Recordar que uno de nuestros propósitos es justamente la igualdad entre hombres y mujeres, tenemos que encontrar muchos caminos y muchos aliados para entender que los derechos de las mujeres son derechos humanos”, enfatizó Ximena Behoteguy.
El evento contó con la participación de expertos y expertas nacionales e internacionales que abordaron temáticas clave como machismo y masculinidades, el derecho a la autonomía y la autodeterminación de las mujeres en relación a su cuerpo, la prevención de la violencia de género, o el empoderamiento económico de la mujer, entre otros, así como los retos en el camino de la igualdad plena entre hombres y mujeres.
La psicóloga boliviana Guiomar Bejarano Gerke, desarrolló la ponencia “Perfil psicológico de la mujer violentada”, en la que se destacó la importancia de conocer el perfil de una mujer que es víctima de violencia, y afirmó que “no existe claramente un perfil exacto de una mujer maltratada, puesto que cualquier mujer puede ser víctima de la violencia, independientemente de su clase social lugar donde vive, nivel de instrucción, entre otros, sin embargo existen factores determinantes que conducen a las mujeres a estar en un escenario de vulnerabilidad ante la violencia, como la falta de estudios, la dependencia económica con su agresor, la falta de apoyo social, pero el factor de riesgo más importante para ser víctima de violencia doméstica es ser mujer”, puntualizó.
Por su parte Arístides Vara Horna de Perú, mediante la exposición “Aceptación implícita de la violencia contra la mujer”, destacó como un elemento alarmante el hecho de que no existe un solo país a nivel mundial donde no exista violencia contra las mujeres. Así, destacó que en América Latina, por ejemplo, los países denominados andinos son aquellos que tienen mayores índices de violencia física y sexual liderados por Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. A nivel mundial, señaló, que los datos revelan que 243 millones de mujeres de 15 a 49 años son agredidas física o sexualmente por sus parejas o ex parejas; 120 millones de niñas fueron violadas sexualmente; más de 4 millones de niñas y mujeres son víctimas de explotación sexual forzada; 87 mil mujeres asesinadas al año, la mayoría por su pareja o ex pareja y que 1,5 trillones de dólares son los costos anuales por la violencia contra las mujeres, lo que equivale casi al 6% del PIB mundial. “Datos que deben revertirse eliminando con la desestimación de los hechos de violencia contra las mujeres, por lo que se precisa tecnología de prevención que se dirija a esas actitudes implícitas, automáticas y directas que naturalizan la violencia”, puntualizó.
Mauro Antonio Vargas Urías de México (GENDES), con el tema «Machismo no es destino: la importancia del trabajo con hombres para lograr la igualdad sustantiva”, afirmó que “se debe efectuar una reflexión autocrítica desde la perspectiva masculina de los significados que están detrás de lo que implica ser hombres en nuestros días, en una lógica que busca generar una reflexión de lo que nos toca como varones en aras para avanzar hacia sociedades igualitarias de manera significativa. En ese contexto las masculinidades pueden aportar a la creación de espacios seguros para todos y todas, los hombres pueden contribuir a crear familias, espacios laborales y comunidades respetuosas e igualitarias al separarse de actitudes machistas y asumir una actitud responsable ya que la violencia contra las mujeres es una conducta mayoritariamente ejercida por hombres”, destacó.
También en este papel de coadyuvar a crear una sociedad más justa e inclusiva se refirió María Lizzy Montaño Eguez de Bolivia (GIZ), quien destacó la importancia del papel de las empresas como agentes de transformación social en la prevención de la violencia de género. “Se ha evidenciado que la violencia contra las mujeres genera distintos tipos de impactos en las empresas, como niveles de ausentismo, impacto en el clima laboral y organizacional así como en impactos económicos. Según un estudio del 2015 sobre costos empresariales de la violencia contra las mujeres, éstos llegaban a 1.900 millones de dólares, lo que representaba el 6,4 % del PIB del país. Frente a esa situación crítica es importante saber qué pueden hacer las empresas, y un primer paso es efectuar un diagnóstico para reducir los costos que significan para las empresas, o por un interés real de generar un impacto en su cultura organizacional”, señaló Montaño.
En tanto Marcela Vallejos de Bolivia centró su ponencia en la importancia del empoderamiento económico de las mujeres desde un enfoque transformativo en género. “Cuando hablamos del empoderamiento económico de las mujeres nos referimos a una forma de poder positivo y no una forma de poder sobre los demás y no una forma de dominación o subordinación, lo que queremos es un mundo igualitario donde los hombres y las mujeres podamos prosperar de manera sana de manera que nos fortalezca a ambos.
“El proceso del empoderamiento de las mujeres es importante porque les permite consolidar su autoestima y su confianza, es importante porque permite acceder equitativamente a recursos y oportunidades y les permite la capacidad de tomar decisiones y de que sus decisiones sean respetadas y porque les permite ser protagonistas consideras y valoradas. Es importante destacar además que actualmente la tasa de desempleo mantiene la brecha entre mujeres y hombres (9,4 para mujeres y 8,1 para hombres), siendo una necesidad otorgar los mecanismos necesarios para que las mujeres accedan a oportunidades laborales”, señaló Vallejos.
Finalmente Fernando Rivera Arzabe, de UNFPA Bolivia, abordó la temática «Mi cuerpo me pertenece: reclamar el derecho a la autonomía y a la autodeterminación», y destacó que por primera vez un informe de Naciones Unidas se centra en la autonomía corporal, evidenciando que más del 50% de las mujeres no pueden decidir sobre su salud, sus métodos de anticoncepción y las relaciones sexuales en pareja, lo que se traduce en consecuencias para su salud e integridad con efectos aún en el desarrollo de los países. Ante esa realidad manifestó que es importante que existan acciones que reflejen la necesidad de que la autonomía corporal sea considerada como un derecho humano, para el pleno desarrollo y ejercicio de los derechos de las mujeres.