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La obesidad es un factor de riesgo para diversos tipos de cáncer como la tiroides

Eduardo Faure tiene en sus espaldas más de 30 años de experiencia como médico endocrinólogo no solo en Argentina, donde actualmente lo ejerce, sino también en diversos países del mundo. El será el disertante de uno de los más de 25 talleres gratuitos que organiza Droguería INTI a través de una plataforma 360 ° en el marco de la Semana de la Salud.

Faure es un consultor asociado a la Asociación Médica Argentina (AMA), es director del Centro Endocrinología Buenos Aires. Director del curso de cáncer de tiroides y coordinador desde hace 10 años del Foro de Discusión de Cáncer de Tiroides de Latinoamérica, cuenta con diversas publicaciones en revistas internacionales y miembro de Asociaciones especializadas en endocrinología en el mundo. Esta vez hablará de los temas que le apasiona investigar: nutrición, hipotiroidismo, cáncer de tiroides, entre otros.

  1. Dr. Faure: En tiempos de pandemia, muchas personas han tomado conciencia sobre la importancia de las defensas ¿Qué papel juega el sistema endocrino en el fortalecimiento del sistema inmunitario?

    La función normal del sistema endocrino que integra el eje hipotálamo, hipofiso, tiroideo, adrenal, permite que el sistema inmunológico funcione adecuadamente ¿Por qué? las deficiencias o el exceso de una de las hormonas, puede condicionar un mal funcionamiento del sistema inmunitario. Por ejemplo: el paciente que tiene un exceso de cortisol, que se llama el síndrome de Cushing es un paciente inmunodeprimido. Otras alteraciones vinculadas a la disfunción endocrinológica pueden ser por ejemplo el mal funcionamiento de la hipófisis que pueden llevar al hipopituitarismo completo o parcial, afectando las funciones de la tiroides, ovarios o testículos y alterar el sistema inmunológico. EL otro sistema relacionado con la parte inmunitaria es el sistema fosfocálcico, donde interviene la vitamina D, el calcio y la paratohormona. Se ha visto que la deficiencia de la vitamina D puede llevar a una respuesta reducida de nuestro sistema frente a una enfermedad en general.
  2. ¿Cuáles son los hábitos preventivos que toda persona debe desarrollar para hacer frente a enfermedades virales como el COVID-19?

    Hay que plantear la nutrición desde dos puntos. Por un lado, la obesidad, asociado a una peor evolución en pacientes que hacen un COVID grave. Dentro del grupo de mayor mortalidad por COVID un gran porcentaje fueron pacientes obesos, con una respuesta inmunológica de fase aguda exagerada. Por eso también lo incluyen como uno de los factores de riesgo. Se puede plantear el exceso nutricional vinculado con la obesidad sobre todo en la pandemia donde la gente empezó a comer más, debido a cuadros de estrés y ansiedad. Hemos tenido pacientes con 20 kilos de más en un año. Por otro lado, tenemos deficiencias, aquel paciente mal nutrido ya sea por condición socioeconómica o de hábito con carencia de vitaminas C, de vitamina A, D, que pueden llevar a complicaciones con temas de COVID. El problema de la pandemia es el encierro, el sedentarismo y el incremento de la gesta calórica asociado con la obesidad.
  3. ¿Qué podría recomendar en un panorama del rebrote de una tercera ola?

    El problema de la pandemia y el asilamiento es el sedentarismo, asociado a la ansiedad y a la angustia para comer cosas con más dulces, harinas, tornas y más calórica. Sin embargo, es como al tabaquista que fuma para calmar la ansiedad, pero en realidad no calma nada. La recomendación es ser consciente y llevar una dieta equilibrada, actividad física, aunque sea dentro del domicilio, dormir lo mínimo siete horas por día en horarios regulados. Esto de estar encerrado ha llevado a que muchos estén hasta las 3 de la mañana mirando una película y durmiendo a deshora alterando los ciclos hormonales provocando un aumento de peso. Si yo duermo mal y no respeto el ritmo circadiano de la noche y el día, lo más probable es que afronte patologías de obesidad. La obesidad es un factor de riesgo de distintos tipos de cáncer, uno de ellos el de tiroides. Los pacientes con IMC más alto tienen tumores muchos más agresivos.
  4. ¿Es más dañino el exceso de sal o de azúcar en los alimentos? ¿A partir de qué edad se debe limitar su consumo?

    Desde chicos tienen que acostumbrarse a consumir poca sal y pocos azucares. Hoy abrimos la puerta de la heladera o la cocina y tenemos en reserva comida chatarra. El hábito la alimentación de comer muy dulce, papas saladas, hamburguesas sucede desde los 6 años. Deberíamos educar desde chicos. Hay escuelas, antes de la pandemia que decidieron sacar de los kioskos los caramelos, alfajores y poner frutas y cereales y eso cambió bastante el hábito en este grupo de chicos.
  5. ¿Hay un incremento de enfermedades endocrinológicas durante la pandemia? ¿A qué causas se atribuye esto?

    No hay estudios importantes sobre si hubo o no un incremento, pero si se dejó de atender, por ejemplo a un 50% de pacientes diabéticos que no realizaron sus controles e incumplieron en muchos casos la medicación. Atados al aumento de la obesidad, indudablemente que hay un incremento de la diabetes y la insulinoresistencia que eso lleva a trastornos metabólicos relacionados con la parte endocrina. Hemos vistos algo como tiroiditis post covid, que antes no la conocíamos.
  6. ¿Cuáles son los primeros síntomas que deben alertarnos respecto al funcionamiento de la tiroides?

    Si es la Tiroides deberíamos dividirlo en dos etapas: Uno, en la niñez, y otra en adulto. Si es en niño recién nacido, el pediatra se da cuenta porque en bebé no crece, no madura neurológicamente según su edad de desarrollo. Hay chicos en edad escolar que no avanzan en la escuela o no crecen en altura, o tienen cansancio o manifestaciones como piel seca, el sobrepeso. Y asociado al hipotiroidismo: falta de crecimiento la obesidad, trastornos neurológicos de aprendizaje, el cansancio, el trastorno de frío, la constipación. En el caso del hipertiroidismo , o exceso de hormonas tiroidas, puede ser que crezcan un poco  más de lo común, que estén hiperactivos, pierdan peso, no duerman y pueden tener trastornos de aprendizaje por la hiperactividad.
  7. ¿Y en adultos?

    Si estamos hablando de mujeres en edad fértil, puede manifestarse con trastornos menstruales, un aumento de peso, caída de pelo, cansancio, frío, constipación, piel seca, acné, retención de líquidos en las manos, entre otros síntomas. Si el cuadro es muy severo puede entrar en coma, si tienen una enfermedad concomitante, por ejemplo, neumonía. El hipotiroidismo puede ir desde algo muy leve hasta un cuadro grave. En el hipértiroideo, la causa más frecuente de la consulta es la taquicardia, temblor en la mano, pérdida de peso, excesivo calor y sudoración, nerviosismo, caída de pelo. Puede dar en un 50% de los casos manifestaciones oculares exoftalmía (ojos saltones).
  8. ¿Cuáles son las causas del hipotiroidismo congénito? ¿Se puede prevenir?

    El hipotiroidismo congénito se presenta aproximadamente en 1 a cada 3.000 a 4.000 nacidos vivos. La prueba del talón (pesquiza neonatal) es la forma de detectar las enfermedades congénitas. Una es el hipotiroidismo y la otra es la fenilcetonuria que tienen una frecuencia parecida y se las estudia al momento del nacimiento. El hipotiroidismo congénito se da por la falta de formación de la tiroides en el embrión o por trastornos enzimáticos denominados dishormonogénesis donde la hormona tiroidea no se sintetiza porque le falta parte del mecanismo para la formación. El tratamiento temprano (dentro del mes de nacido) evitan que queden secuelas de lo contrario pueden presentar trastornos madurativos y alteracion en el desarrollo somático. Ahí está la importancia de la detección mediante la prueba del talón. En todos estos casos, la forma de tratarlo es mediante el uso de levotiroxina vía oral. No hay otra medicación.
  9. ¿Cómo deben manejar los especialistas el nódulo tiroideo, tema presentará en la Semana de la Salud que organiza INTI?

    El nódulo tiroideo es una lesión redondeada en la tiroides que es frecuente encontrar en la población. La prevalencia de nódulo tiroideo es del 4 al 7% en estudios por palpación y algunos estudios mostraron una incidencia tan alta como en el 67% de la población que realizaron screening ecográfico sin discriminar edad ni sexo. Es decir que en siete de cada diez personas podríamos detectar algún nódulo. Como es tan común uno no hace un screaming ecográfico poblacional, jerarquizamos aquellos que tienen un nódulo palpable. Se pueden detectar palpando arriba del esternón por debajo de la nuez y si sube o baja esa protuberancia puede ameritar un estudio. Si el hallazgo es ecográfico se lo denomina incidental y dependiendo del tamaño y aspecto ecográfico sumado a los antecedentes puede requerir mas estudios diagnósticos como por ejemplo una punción. Si sospecha que es algo malo y ahí hay que hacer una revisión si vale la pena operar porque entra del 4 al 10% es maligno y el 90% que es benigno.

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