¿Inflación o deflación? Conozca las diferencias y cómo estos pueden alterar sus finanzas familiares
Inflación y deflación, son dos términos que, aparecen con frecuencia en los titulares de los medios e influyen directamente en las finanzas personales. Ambos, pueden ocurrir por diversos factores como, por ejemplo, un incremento de la demanda de bienes y servicios, aumento del consumo, los costos de producción, por el comportamiento de la oferta, la política monetaria que aplique cada país e incluso puede ser autoconstruida.
De acuerdo con el INE, la inflación es el incremento de los precios de los bienes y servicios de una economía en un determinado periodo en comparación con otro periodo anterior y la deflación, por el contrario, es la disminución de los mismos precios en un lapso de tiempo. ¿Cómo se miden ambos? De acuerdo con esta entidad, para identificarlo se ocupa el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
“El IPC mide la variación de precios de un conjunto de bienes y servicios representativos del consumo de los hogares que son cotizados en los mercados, ferias, supermercados, puestos fijos y móviles, tiendas de barrios y de abarrotes tanto en ciudades capitales como de zonas conurbanas de todo el país”, expresan.
Carola Aguilera, Subgerente de Marketing del Banco Ganadero, explica que tanto la inflación como la deflación tienen incidencia directa en el poder adquisitivo del dinero que cada persona recibe ya sea como trabajador dependiente o como independiente.
“Si al iniciar el año, por ejemplo, una persona guarda 100 dólares en su escritorio, al finalizar la gestión va esperar que el mismo billete sigue manteniendo su valor. Sin embargo, cuando ve en los titulares que la inflación alcanzó un 4% y va al mercado, su capacidad de compra con ese billete ya no es de 100 sino de 96 dólares. Eso se llama inflación. Pero si en el titular muestran que el IPC acumulado es de -4% entonces su billete valdrá 104 dólares. Eso es la deflación”, expresa.
Efectos en las finanzas de la empresa y la familia.
La inflación como la deflación, sin duda, pueden alterar el valor de su dinero dependiendo de su situación. De acuerdo con el portal BBVA, por ejemplo, la inflación arriba del 2% puede generar pérdida del poder adquisitivo debido al encarecimiento de los bienes y servicios y por esto, cada vez necesitar de más dinero para comprar la misma unidad en productos. Esta situación, también puede reducir la productividad, en caso de ser empresas y generar dificultades para asignar recursos durante la gestión.
En el caso de la deflación, un proceso económico que puede suceder es que se registre un exceso de oferta; es decir, los productos se ven obligados a reducir precios para vender su producción y no sufrir la acumulación de stock. Puede también ocurrir una insuficiencia de la demanda donde los consumidores no tienen capacidad de gasto por lo que no demandan bienes ni servicios.
“Puede ser que, por ejemplo, en el caso de que hubiera una inflación elevada durante el año por factores externos e internos que, el carpintero que compraba 20 tablas de madera por 100 dólares, que solo compre 15 por el mismo precio reduciendo así su producción y sus posibilidades de vender y crecer. Si hubiera una deflación, puede ser que el mismo carpintero compre más madera, produzca más mesas y sillas al igual que otros carpinteros aumentando la oferta y reduciendo precios”, expresa.
Si una persona tiene dinero ahorrado, un proceso de deflación, según Aguilera, sería muy positivo para él, puesto que significaría que su dinero vale más que el año anterior. En el caso de inflación, por el contrario, el dinero valdría menos, lo que resultaría negativo para la persona ahorradora.