Hacia la autosuficiencia energética: tres pilares para fortalecer el abastecimiento de combustibles en Bolivia

Frente al desafío constante de garantizar un suministro energético estable y sostenible, Bolivia se encuentra en plena implementación de una estrategia que apunta a reducir la dependencia de divisas y reforzar su soberanía energética. Esta visión se sustenta en tres pilares fundamentales que buscan transformar la matriz de abastecimiento de combustibles en el país, abordando desde la producción local hasta la infraestructura de importación.
El primer pilar de esta estrategia es el impulso a los biocombustibles, con énfasis en el biodiésel. Según declaraciones recientes del presidente, se está trabajando en mezclas como la denominada “90-10”, que consiste en una combinación de un 90% de diésel tradicional con un 10% de biodiésel de origen vegetal. Este tipo de iniciativas representa una transición hacia energías más limpias, con beneficios tanto ambientales como económicos, al reducir la necesidad de importar combustibles fósiles.
El objetivo es descubrir y explotar nuevos yacimientos, tanto convencionales como no convencionales, para elevar la producción interna.
El segundo componente clave es el fortalecimiento de la producción nacional de petróleo. Las autoridades han señalado que el objetivo es descubrir y explotar nuevos yacimientos, tanto convencionales como no convencionales, para elevar la producción interna. La idea es no solo extraer crudo, sino también refinarlo en territorio boliviano, permitiendo al país tener mayor control sobre el proceso y el abastecimiento de carburantes. Esta etapa requiere inversión, tecnología y una planificación orientada a largo plazo.
El tercer pilar apunta a mejorar la logística de importación. Actualmente, Bolivia depende casi exclusivamente del puerto de Arica para el ingreso de carburantes y otros productos estratégicos. Esta situación representa un cuello de botella logístico y un riesgo permanente en términos de seguridad energética. Por ello, se plantea diversificar y fortalecer los puntos de ingreso al país, ampliando la capacidad de almacenamiento y transporte para responder con mayor agilidad a la demanda interna.
Estos tres pilares —biocombustibles, producción nacional y optimización de importaciones— forman parte de una solución estructural que busca no solo garantizar el suministro de combustibles, sino también dotar a Bolivia de una mayor independencia frente a las fluctuaciones del mercado internacional. La visión estratégica apunta a una transición ordenada hacia un modelo energético más equilibrado, sostenible y centrado en las capacidades propias del país. El camino no está exento de desafíos, pero las bases para avanzar hacia una mayor autosuficiencia están puestas.