El Sol Peruano: Pilar de Estabilidad Monetaria en América Latina en 2024
En un contexto regional marcado por la volatilidad económica, el sol peruano brilló como la moneda más estable de Latinoamérica en 2024. Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), registró la menor depreciación frente al dólar entre las principales economías de la región, consolidando su reputación como un baluarte financiero.
Un desempeño que destaca frente a la región
El tipo de cambio cerró el año en 3.76 soles por dólar, representando apenas un aumento del 1,5 % respecto al cierre de 2023. Este resultado contrastó con el desempeño de otras monedas latinoamericanas que sufrieron depreciaciones significativas: el real brasileño subió un 27,47 %, el peso mexicano un 21,83 %, el peso chileno un 12,49 %, y el peso colombiano un 13,68 %.
Los pilares de la estabilidad
La solidez de la moneda peruana no es fruto del azar. Factores como una balanza comercial superavitaria, reservas internacionales elevadas y una política monetaria confiable fueron determinantes. Desde el año 2000, el sol se ha depreciado solo un 5,5 % frente al dólar, un logro notable si se compara con el 73 % del peso chileno, el 95,8 % del peso colombiano, el 111,1 % del peso mexicano y el 213,4 % del real brasileño durante el mismo periodo.
El control de la inflación como clave del éxito
El control de la inflación fue otro aspecto crucial. Perú registró en 2024 una inflación anual de 1,90 %, posicionándose entre los países con tasas más bajas del mundo, incluso por debajo de la Eurozona y Estados Unidos. En los últimos nueve meses del año, la inflación interanual permaneció dentro del rango meta de 1 % a 3 %, según el BCRP. Además, Perú se destacó por acumular 27 años y 11 meses con una inflación de un solo dígito, un récord regional que refuerza su estabilidad económica.
Un ejemplo de liderazgo económico en la región
El desempeño del sol peruano resalta la importancia de una gestión económica basada en fundamentos sólidos y políticas coherentes. En un escenario global incierto, la experiencia de Perú demuestra que es posible mantener la estabilidad financiera y proyectar confianza, sentando un precedente valioso para las economías emergentes.