¿Cuáles son las metas climáticas más urgentes a cumplir en 2023?
Debido al cambio climático, para 2030 se pronostican 560 desastres naturales en el año. Ante este panorama, The Climate Reality Project América Latina advierte que el mundo está en un punto de inflexión que necesita de la cooperación y acción climática urgente de todos los países, gobiernos, empresas y sociedad civil para cumplir con las metas climáticas y disminuir los efectos del cambio climático.
Las metas climáticas las establece la comunidad científica internacional, con el objetivo de que los países se comprometan a tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático, reducir sus emisiones y limitar la temperatura por debajo del 1.5°C respecto a los niveles preindustriales. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, el número de países comprometidos con los objetivos de reducción de emisiones es alentador, sin embargo, estos objetivos deben reflejarse en las políticas a corto plazo y en acciones significativamente más ambiciosas. Si no se toman medidas urgentes, los efectos del calentamiento global pueden ser irreversibles.
Para The Climate Reality Project América Latina las metas climáticas más urgentes a cumplir en 2023 son: financiamiento climático, transición energética, ciudades verdes, movilidad eléctrica y protección de la biodiversidad.
En primer lugar el financiamiento climático, es una de las metas más importantes para llevar a cabo la acción climática mundial, debido a que apoya económicamente a los países más vulnerables para que tomen medidas de mitigación y adaptación. A través de inversiones financieras en sistemas energéticos sostenibles, infraestructura verde, transporte sostenible, protección a la biodiversidad, sistemas de alerta temprana, entre otros, se puede reducir la vulnerabilidad de los países ante los efectos colaterales del calentamiento global. Se calcula que para el 2030 el financiamiento climático anual debe aumentar al menos un 590%, es decir, que alcance al menos los 4,000 billones de dólares anuales.
Acorde con lo anterior, la segunda meta climática es la transición energética, que consiste en el cambio sistemático hacia fuentes de energías renovables como la eólica, hidroeléctrica, geotérmica y solar que promueven el desarrollo económico sostenible, seguridad y el consumo responsable de los recursos. Además, generan beneficios para la salud de las personas y de los ecosistemas, a diferencia de los métodos tradicionales como la quema de combustibles fósiles, el principal responsable del cambio climático. En 2021, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero en México fueron de 198.2 millones de toneladas de dióxido de carbono, específicamente en el sector energético, estas cifras posicionaron al país como el más contaminante de América Latina, según datos de la CEPAL.
En tercer lugar, se debe impulsar el surgimiento de las ciudades verdes como una solución para mejorar las condiciones ambientales a través de infraestructura sostenible como techos y paredes verdes, huertos urbanos, jardines verticales, espacios verdes, sistemas de captación de agua, eficiencia energética que captan el dióxido de carbono y limpian el aire. Cabe señalar que, en la actualidad, la mitad de la humanidad habita en las ciudades, es por esto que es imprescindible que los países y gobiernos enfoquen sus esfuerzos en crear ciudades más verdes y sostenibles.
La cuarta meta climática es la movilidad eléctrica. El sector transporte es el responsable de producir una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que implementar y desarrollar transportes más sostenibles es esencial para cumplir con los objetivos climáticos. Además, la industria es una pieza clave para lograr un futuro sostenible, por esta razón, las marcas y empresas deben impulsar la movilidad eléctrica sostenible, ofrecer a los consumidores autos híbridos o eléctricos que cuenten con eficiencia vehícular, de forma que disminuya la dependencia de combustibles como la gasolina y el diésel.
Por último, la protección de la biodiversidad; América Latina y el Caribe es una región con gran riqueza de ecosistemas y biodiversidad, sin embargo, factores como el cambio climático, incendios, sequías, tala y pesca ilegal, deforestación, entre otros, han socavado y alterado los ecosistemas de forma irreversible. Por este motivo, es crucial que los países y gobiernos impulsen metas climáticas más ambiciosas encaminadas a restaurar y proteger los ecosistemas. De acuerdo con el último informe “Planeta Vivo 2022” elaborado por WWF, alertó que en América Latina y el Caribe se registró una pérdida del 94% de la biodiversidad, convirtiéndose en la región más perjudicada por la pérdida de biodiversidad.