Agencias de renuncia en Japón: una solución inesperada al problema del «Karoshi»
En Japón, un país conocido por su estricta cultura laboral y las jornadas extenuantes de trabajo, ha surgido una solución inusual para quienes desean renunciar a sus empleos pero no saben cómo enfrentarlo o temen represalias: contratar empresas especializadas que se encargan de presentar la renuncia en su nombre.
El contexto laboral japonés: Karoshi y jornadas extremas
El término Karoshi, traducido como «muerte por exceso de trabajo», refleja el impacto de las extenuantes horas laborales en la salud física y mental de los empleados. Según estadísticas recientes, en 2023 se registraron al menos 2,900 suicidios relacionados con problemas laborales.
Aunque Japón no está entre los países con más horas anuales trabajadas según la OCDE, un porcentaje significativo de empleados realiza jornadas excesivas. Por ejemplo, un estudio reveló que cerca del 20% de trabajadores entre 30 y 40 años trabajan entre 49 y 59 horas semanales, y un 15% supera las 60 horas.
Los casos más extremos incluyen empleados que acumulan más de 150 horas extra en un mes. Trágicamente, en Kobe, un joven médico que trabajó más de 200 horas adicionales en un mes se quitó la vida.
El surgimiento de las agencias de renuncia
En este contexto, empresas como Momuri (que se traduce como «Estoy harto») han ganado relevancia desde su lanzamiento en 2022. Por una tarifa de 22,000 yenes (aproximadamente 2,800 pesos mexicanos), estas agencias gestionan todo el proceso de renuncia, incluyendo la comunicación con los empleadores y asesoramiento para lidiar con complicaciones.
Según Kyodo News, más de 100 empresas ofrecen servicios similares, con tarifas que oscilan entre 20,000 y 50,000 yenes. Algunas de ellas tienen nombres como Nomuri, Yamerun desu («Renunciemos») y Saraba («Adiós»).
¿Por qué recurrir a estas agencias?
El auge de estas agencias se debe a la resistencia de muchos empleadores a aceptar renuncias. Hay casos documentados de jefes que destruyen cartas de renuncia o incluso obligan a empleados a seguir trabajando a pesar de su malestar físico o emocional.
Además, tras las vacaciones de la Ōgon Shūkan (Semana Dorada) a finales de abril, se observa un aumento en los casos de gogatsubyō o «enfermedad de mayo», un tipo de depresión posvacacional que impulsa a muchos a buscar ayuda para cambiar de empleo.
Un cambio generacional y cultural
Las nuevas generaciones en Japón, especialmente los jóvenes, están adoptando una postura más crítica hacia las condiciones laborales. A diferencia de sus predecesores, buscan mejores oportunidades y están menos dispuestos a soportar empleos que afectan su bienestar.