Informe Nacional de Coyuntura revela la realidad social de la crisis en Bolivia: Precarización, informalidad y auge del cuentapropismo
El mercado laboral en Bolivia enfrenta una paradoja significativa: pese a una alta tasa de ocupación, la precarización y el aumento del trabajo informal dominan la escena laboral. De acuerdo con el último informe de Coyuntura Nacional, la informalidad ha alcanzado al 70% de los hogares urbanos en el país, un reflejo de la inestabilidad que enfrentan las familias para recuperar los ingresos perdidos desde la pandemia. Con un ingreso promedio de 2023 un 13% menor que en 2019, el nivel de vida de la mayoría de los bolivianos sigue en declive.
Tendencias de ocupación y empleo
En 2023, la tasa de desocupación bajó a 3,9%, un avance desde el máximo del 10,8% registrado en la pandemia. La población ocupada en áreas urbanas creció un 4%, alcanzando los 4,56 millones. Este crecimiento se ha visto impulsado en gran medida por la incorporación de mujeres al mercado laboral, con un incremento del 5,9%, en comparación con el 2,3% en el caso de los hombres.
Durante el último trimestre de 2023, se crearon 174,000 empleos nuevos en comparación con el mismo período de 2022. De ellos, 119,000 fueron ocupados por mujeres, lo que confirma la tendencia de mayor participación femenina en el trabajo remunerado. Sin embargo, la desaceleración en la creación de empleos, especialmente para hombres, sugiere una saturación en algunas actividades, lo cual limita las oportunidades para nuevos trabajadores.
El auge del cuentapropismo y el deterioro de los ingresos
La necesidad de complementar ingresos familiares ha llevado a más miembros de los hogares a incursionar en el cuentapropismo. Entre 2022 y 2023, las actividades por cuenta propia crecieron un 6,4%, frente al 2,1% de los empleos asalariados. Además, el sector de servicios domésticos, ocupado principalmente por mujeres, experimentó un aumento significativo del 38%, pasando de 89,000 ocupadas en 2022 a 119,000 en 2023.
Pese a la mejora en ocupación, los ingresos laborales no han mostrado el mismo dinamismo, con una caída del ingreso promedio urbano de 3,212 bolivianos en 2019 a 2,800 en 2023. Esto equivale a una disminución del 13%, lo que revela que los incrementos salariales decretados no han logrado contrarrestar la caída en el poder adquisitivo. Esta situación refleja el predominio de ocupaciones informales y mal remuneradas en el mercado laboral, lo que afecta directamente la economía de los hogares bolivianos.
Preocupación por la informalización y la inserción temprana de jóvenes
La informalización del empleo ha alcanzado a un 70% de los hogares urbanos, lo cual se asocia con la creciente necesidad de diversificar las fuentes de ingresos. La inserción de mujeres y jóvenes en el mercado laboral, a menudo sin la continuidad de su educación, representa una respuesta a la presión económica en los hogares, aunque esto puede comprometer sus ingresos futuros y oportunidades de desarrollo profesional.