El emprendimiento requiere tener los pies en Bolivia y los ojos en el exterior
Productos como la quinua, la chía, la cañahua, el amaranto, el asaí, la castaña, entre otros, brillan en los mercados internacionales como embajadores de Bolivia.
Productos como la quinua, la chía, la cañahua, el amaranto, el asaí, la castaña, entre otros, brillan en los mercados internacionales como embajadores de Bolivia. Sin embargo, aún hay mucho por hacer para escalar estas industrias, señala Thania Huayllani, socia de la empresa Sindan Organic.
De acuerdo con Huayllani, las industrias bolivianas requieren de especialistas que conozcan el potencial productivo del país, pero que también estén familiarizados con el contexto internacional y sus particularidades.
“Requerimos especialistas, profesionales que se inspiren en el rubro en el que van a trabajar, pero también conocer el ambiente internacional general, para encontrar nichos de mercado, conocer las regulaciones internacionales de los mercados objetivo, tener la información, las tendencias del sector, de la economía de los países a los que queremos exportar. Tienen que tener un pie en el contexto nacional y otro afuera, no pueden sólo mirar Bolivia, tenemos que ver qué hace nuestra competencia, qué hacen los otros países, en el caso de la quinua, tenemos que ver qué hace Perú o qué está haciendo China que también quiere producir”, explica la experta.
Ramas como las carreras de Economía o Ingeniería Comercial deben tener la capacidad de incentivar estos conocimientos y hacer análisis de datos, sostiene.
Huayllani participó del Congreso Internacional de Innovación Empresarial organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, evento en el cual compartió con los asistentes su experiencia en el rubro alimentario, específicamente en el de la quinua y las particularidades del mercado internacional.
La experta lamentó que, mientras que la quinua boliviana es altamente apreciada en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, China, Australia, Suiza y Canadá, en Bolivia su consumo es limitado, ya que, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, su consumo per cápita anual se limita a 1,5 kilogramos por persona.
“Ese número es muy bajo teniendo en cuenta que somos productores. La gente no aprecia la quinua todavía, a pesar de su alto contenido nutricional”, explica.
En contraste, de acuerdo con INE, el consumo anual de papa per cápita asciende a los 108 kilogramos al año por persona y el de pollo a los 31 kilogramos por año por persona, mientras que el arroz se encuentra alrededor de los 35 kilogramos por persona al año.
Debido a este bajo consumo, Huayllani indica que cerca del 90% de la quinua que se produce en el país es exportada, mientras que el restante es destinado al mercado nacional, tanto a granel como en productos con valor agregado.
Ante esta situación, la experta señala que es necesario contar con profesionales que tengan visión para aportar a las industrias alimentarias y las proyecten hacia los mercados de exportación.
Estructura
Asimismo, Huayllani acota que los emprendimientos deberían empezar su vida con una estructura empresarial que les permita,a futuro, crecer y exportar.
“Esto es importante para los emprendimientos porque, para funcionar en el país se requiere toda la regulación legal. Es necesario cumplir desde el registro de la empresa, impuestos, permisos, temas laborales. Si el emprendimiento no arranca de esa manera es posible que presente dificultades en el futuro o le cueste más crecer siendo informal”, puntualiza.
Por otra parte, explica que, algunas ciudades, además brindan beneficios a las empresas que se formalizan. De la misma manera, tener estructura empresarial y ser formal facilita la posibilidad de acceder a fondos de apoyo, de promoción empresarial o de fomento.
“Tener una estructura empresarial desde el principio ayuda a escalar el negocio conforme vamos creciendo. Iniciamos como una empresa local, luego departamental hasta nivel nacional, pero cuando los mercados se saturan es necesario exportar y sin la estructura y la formalización no vamos a poder salir a otros mercados”, agrega.
La estructura empresarial y la formalización permiten a los emprendimientos del mismo rubro, además, agremiarse, a fin de hacer frente, de forma mancomunada y solidaria, a la competencia foránea y ofrecer protección ante shocks externos y regulación excesiva.
“Agremiarse va a depender del rubro y del tamaño de la empresa, de cómo generamos ingresos, agremiarse significa pagar a ese gremio una cuota que normalmente sirve, porque siempre se pueden presentar problemas con entidades reguladoras y cuando estamos solos nos puede ir muy mal, pero perteneciendo a un gremio contamos con el apoyo de ese gremio y ganamos capacidad de gestión”, reflexiona.
Fuente: Universidad Franz Tamayo – El Deber