Cómo medir impacto social
Entender qué es el impacto social
El impacto social se sustenta en cuatro elementos esenciales, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): primero, se refiere al valor que emerge como resultado de la acción de una entidad o individuo; segundo, se relaciona con el valor experimentado por aquellos que se benefician o se ven afectados por dicha acción; tercero, engloba tanto efectos positivos como negativos; y cuarto, representa un cambio significativo en comparación con el estado previo, considerando cómo habrían sido las cosas si la acción no se hubiera llevado a cabo.
No obstante, en comparación con las mediciones en el ámbito de proyectos ambientales, que ofrecen niveles diversos de análisis para profundizar en los efectos directos y tangibles de las iniciativas de sostenibilidad, medir el impacto social tiende a ser un desafío.
Iniciativas sociales y sus beneficios
La verdad es que la carencia de métricas y herramientas para medir el impacto social, que ofrezcan niveles diversos de análisis para profundizar en los efectos directos y tangibles de las iniciativas sociales, obstaculiza el reconocimiento de muchas valiosas acciones en este campo.
Este vacío de información veraz respecto a los programas sociales propicia el escepticismo que los rodea. Las empresas pueden carecer de incentivos para invertir en ellos, a pesar de que la importancia de estos programas resulta innegable.
Tomando como ejemplo el caso de Renu, lo que verdaderamente resalta en su historia no es únicamente la transformación digital de su tienda, sino cómo esta metamorfosis ha impactado en todos los aspectos de su vida. A medida que su negocio crece, su esposo asume más responsabilidades en el hogar, allanando el camino hacia una mayor equidad en las normas sociales.
En este contexto, se hace indispensable desarrollar más métricas que permitan ilustrar estos tipos de cambios y sus beneficios tanto para las empresas como para la sociedad en general. Es necesario seguir dirigiendo recursos y esfuerzos hacia este tipo de programas.
Cómo medir el impacto social
Al desarrollar principios para capturar las contribuciones sociales que las empresas están realizando, se puede ayudar a las compañías a tomar medidas mientras persiguen sus objetivos estratégicos y crean valor a largo plazo para los accionistas.
La propuesta de Shamina Singh, fundadora y presidenta del Centro Mastercard para el Crecimiento Inclusivo, sugiere comenzar utilizando herramientas ya existentes. Por ejemplo, en el contexto ambiental, las empresas han adoptado el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG), el cual rastrea el espectro completo de emisiones de carbono de una empresa.
El primer alcance abarca las emisiones directas de las operaciones empresariales; el segundo se relaciona con las emisiones indirectas de energía adquirida por la empresa; y el tercero rastrea las emisiones indirectas de toda la cadena de valor de la empresa.
El caso Centro para el Crecimiento Inclusivo
Shamina Singh reflexiona sobre cómo capturar el impacto social de manera similar y metódica, basándose en el trabajo que ha venido realizando en el Centro para el Crecimiento Inclusivo. Ella sugiere cuatro fases, que a continuación se describen.
- Ámbito de empleados y cultura corporativa: En esta primera fase, se evalúa cómo tu empresa interactúa con tus empleados. Mediante inversiones en el lugar de trabajo, programas y cultura corporativa, tienes un impacto directo en este grupo. Aquí se pueden medir aspectos como equidad salarial, diversidad en liderazgo, desarrollo de talento y progresión profesional para grupos subrepresentados, junto con estándares laborales. Muchas empresas ya realizan un seguimiento de estas métricas.
- Aprovechamiento de competencias centrales: En el segundo ámbito, se analiza cómo tu empresa utiliza sus competencias clave para abordar desafíos sociales. Mediante la implementación de productos y servicios y colaboración en cadenas de suministro, puedes generar beneficios sociales significativos. Este enfoque involucra a partes interesadas como clientes y proveedores, en un nivel de control menos directo que el primero.
- Filantropía y contribuciones comunitarias: La tercera fase abarca donaciones filantrópicas, voluntariado e inversiones comunitarias. Aquí confías tus recursos a otras entidades que toman decisiones sobre su uso. Aunque estos esfuerzos son indirectos, tienen el potencial de fortalecer la marca de tu empresa, fomentar la innovación y oportunidad, y generar valor para la sociedad.
- Medición y rendición de cuentas: A partir de estas acciones en los tres ámbitos, el siguiente paso es medir los resultados obtenidos. Es esencial establecer un sistema de rendición de cuentas para monitorear el progreso. En la búsqueda de mejorar la vida de las personas y las comunidades, los resultados son fundamentales, no solo los esfuerzos realizados.
Aunque se han logrado avances en la medición del impacto social, Shamina Singh señala que aún queda mucho por hacer para medirlo de manera efectiva. Impulsar un progreso continuo requiere comenzar a cuantificar el impacto, adaptando el enfoque según la empresa e industria.
Fuente: expok.